"El Espíritu cuando despierta a su verdadera esencia, tiene certeza de su función en la Creación y se acepta como tal es con virtudes y defectos, los cuales les son útiles en su adelantamiento intelectual y moral. Según su grado, está en capacidad de entender, aprender y hacer todo lo necesario para alcanzar su meta fundamental, AMAR Y EVOLUCIONAR.
Encarna en un cuerpo físico, con fecha de vencimiento, necesario para el logro de sus objetivos particulares así como los del conglomerado social en donde habita, pues lo que hace la unidad, tiene consecuencias para el conjunto.
Hace uso de su voluntad, ha elegido la vida que desea llevar, expiando las culpas habidas, asumiendo retos, mejorando intelectual y moralmente, cada quién tiene sus responsabilidades.
Al encarnar, el Espíritu no recuerda nada del extenso libro que ha venido escribiendo desde la oscuridad de la historia, (sería un sí uno supiera que en la vida pasada uno haya sido un asesino de la inquisición, por ejemplo); tiene una remota idea del futuro, pues conoce y responsable de los actos realizados en su presente.
Es tan importante conocerse a sí mismo, pararse al espejo de cuerpo entero, contemplarse como el curioso que estudia una escultura, ver más allá de la piel, de la carne y los huesos, no te de miedo lo que veas, sí una mano te hala, y te dice, quieres ver, pues mira, eres TÚ y TÚ conciencia"
Namasté
Miguel Arturo Cabrera
Caracas, Venezuela
Orientador Espiritual y Couch de Vida, Motivador
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