lunes, 11 de agosto de 2014

ANDAR EL CAMINO


Cuando despertamos y descubrimos que esencialmente somos espíritus y empezamos a estudiar esa espiritualidad, hay un punto álgido, muy importante que nos define como individuos, es complejo y espinoso, porque confronta la raíz de nuestros miedos, las carencias afectivas, traumas acumulados durante la existencia. Esto implica entrar en la conciencia, corregir y sanar infinidad de aspectos, exponiendo en ocasiones lo peor de nosotros.

Ese punto ineludible, no es otro que nuestra PERSONALIDAD. Sin este conocimiento, vamos con una hoja tirada al viento que merced de los elementos, vaga sin rumbo a donde la casualidad le lleve.

Al conocer nuestra personalidad, iniciamos nuestro camino espiritual. A continuación, comparto este extracto del libro Sabiduría del Eneagrama, una lectura muy interesante para definir un poco la personalidad humana, quien lo desee, con gusto lo comparto. Al final, termina con unas preguntas, pasaran rato intentando responderlas, no estamos acostumbrados a cuestionarnos.

"Si somos sinceros cuando seguimos un camino espiritual, cada día hemos de encarnar las verdades que entendemos, en realidad, en cada momento del día. Debemos aprender a «andar el camino» en todos los aspectos de nuestra vida. Pero ¿cómo se hace esto? Como todos los demás, estamos plagados de malos hábitos, viejas heridas y conflictos no resueltos (sobre todo al comienzo de nuestro trabajo). La sola intención de seguir un camino espiritual no cambiará mucho las cosas. Debido a este problema, los maestros espirituales a lo largo de la historia han dado directrices a sus seguidores. Buda recomendaba seguir lo que se llama el «noble óctuple sendero», que consiste en la práctica del recto entendimiento, el recto pensamiento, la recta palabra, la recta acción, el recto vivir, la recta intención, la recta atención y la recta concentración. Moisés instituyó los diez mandamientos para ayudar al pueblo judío a vivir conforme a la voluntad de Dios. Cristo mantuvo los diez mandamientos pero además exigió a sus seguidores que vivieran sus dos mandamientos principales: «Ama a Dios con todo el corazón y al prójimo como a tí mismo». Pero queda la pregunta: «¿Qué queremos decir cuando decimos que estamos en un camino espiritual?». En tu diario de trabajo interior explora qué significa para ti esta pregunta. ¿Cuál es tu «requisito diario mínimo» para ser auténtico en tu trabajo espiritual? ¿Cuáles son tus ideas personales sobre el tema? ¿Qué te exiges sinceramente? ¿A qué te comprometes cuando «andas el
camino» de transformación y liberación humana?

Mediten esas preguntas, las respuestas, están esperando ser descubiertas.

Feliz despertar.


Namasté
Miguel Arturo Cabrera
Caracas, Venezuela
Orientador Espiritual y Couch de Vida, Motivador
facebook.com/espiritumistico 

@espiritumístico / @migue3218

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