lunes, 14 de julio de 2014

REFLEXIONES SOBRE LA ENVIDIA





Seamos sinceros, todos en algún momento hemos albergado este mal sentimiento, es normal, todos estamos realizando el mismo trabajo de limpieza espiritual y psíquica, claro está que nuestro EGO cuando está al mando, sabe como tapar esos detalles que negamos, pero están allí, de lo contrario usted o yo mi querido místico, no estaríamos aquí, sino en la corte celestial y nos llamarían Ángeles, Santos o Maestros Ascendidos.

El ser humano, es un individuo en constante trabajo evolutivo, cuya función primordial es elevarse ética y moralmente, alcanzando así las famosas luces que nos vienen señalando todas las doctrinas que se proponen la ardua tarea de entrenar el alma.

Para alcanzar tales niveles, toda persona o ser encarnado inteligente, debe aprender y comprender el Amor en toda la extensión y profundidad del sentimiento, internalizandolo. Para lograr esa comprensión, es menester que el individuo se libere de sentimientos derivados del Egoísmo, dentro de los que destacan la Avaricia, la Hipocresía, la Codicia, la Intolerancia, el Odio, la Perfidia y la Envidia entre muchos otros.

De los antes mencionados, la ENVIDIA es sin duda, uno de los corrosivos más fuertes del alma, provocadora de mucha infelicidad, pues de alguna manera toma una o más cualidades de otros Egosentimientos.

Pero, ¿Qué es La Envidia?
Después de varias lecturas, observación y reflexión he llegado al siguiente concepto, que por su puesto no es absoluto:

La ENVIDIA es una enfermedad del alma en la cual el afectado siente codicia por las cualidades espirituales, morales y éticas, así como de las posesiones materiales o inmateriales, ambas inclusive, que otras personas tienen y que por su `propia imperfección cree no poder lograr, pues es mayor el tiempo que usa en envidiar que el empleado para su mejoramiento integral.

La persona infectada por este mal sentimiento se vuelve pérfida e hipócrita, pues no tiene reparo en lanzar criticas destructivas, comentarios malsanos o incluso mentir con tal de ver satisfechos sus bajos instintos, regodeándose ante el fracaso o enmudeciendo ante la felicidad ajenas, en ambos casos sufre.

No hay envidia buena, toda es negativa, un tumor benigno, sino se extirpa con el tiempo se vuelve maligno.

¿Y cómo se arregla eso, cómo superamos la ENVIDIA?
"Primero, admitiendo que se tiene envidia, reconociéndola. El
orgulloso es más consciente de que envidia que el vanidoso,
pues es más conocedor de los egosentimientos.
Desgraciadamente, la envidia es un egosentimiento muy
frecuente... y la mayoría de los envidiosos no se
reconocen como tales, con lo cual se estancan, pues el que no
reconoce su mal hábito no puede proceder a su modificación.
Para vencer la envidia hay que renunciar al deseo de ser más
que los demás, renunciar al deseo de poseer lo que los demás
tienen y tomar conciencia de que la felicidad no depende de
arrebatar nada a los demás, sino de despertar las propias
cualidades y sentimientos. Todo lo contrario, tanto la perfidia
como la envidia son una gran causa de infelicidad, una
enfermedad del interior, puesto que alimentan los
egosentimientos más perniciosos y más contrarios al amor al
prójimo, porque generan rechazo hacia los demás, que puede
ser de mayor o menor intensidad. Puede ir desde la antipatía, la
repulsión y el rencor hasta el odio. La imposibilidad conseguir
aquello que uno desea genera también rabia, impotencia y
tristeza."

Para terminar, debes tener en cuenta que está en tí vencer este y otros malos sentimientos, eleva tu autoestima, revisa tu sistema de creencias, tus valores, miedos, frecuenta personas que te puedan orientar espiritualmente, participa en terapias que permitan liberar esas ataduras que tu mismo te pones, porque los cambios son posibles, solo hay que intentarlos setenta veces siete y un poquito más.

Pide ayuda a la Divinidad, siempre hay agua para el que la necesita. Ora, medita, perdona, perdonate, ama, amate.

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Namasté


Miguel Arturo Cabrera


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@espiritumístico / @migue3218


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