Una Mujer Sana, un
Hombre Sano.
Desde hace buen
tiempo, por mis actividades, vengo observando, lo que en círculos holísticos
denominan el Despertar de las Diosas, una especie de renacimiento del principio
de la energía femenina, subyacente en todo cuanto existe, que equilibra y da
sentido a este juego de dualidades en la cual los Seres Humanos nos vemos
inmersos.
Cada vez más
MUJERES, parecen reencontrarse con su senda divina de autorrealización, desde un
estado de aceptación, primero, hacia sí mismas, como MUJERES, lo cual, les ha conllevado
un trabajo previo de reconfiguración interna en el que se quitan máscaras,
rompen patrones de conducta, liberaran memorias, sueltan juicios y
convencionalismos sociales, culturales, étnicos, religiosos o de cualquier índole.
Pero esto, pareciera
ir más allá de una cuestión de género. Y es que en el proceso, el hombre, quizá
por una acción natural de seguir a la Mujer, desde un punto de vista
energético, va despertando en sí, su aspecto femenino, es decir, cualidades
emotivas, creativas, místicas, esotéricas.
Cuando una Mujer
Sana, las mujeres y hombres de su entorno también sanan. Juntos van superando
matrices que lejos de acercarles y beneficiarles, les alejan y les perjudican. Cada
uno, va reconociendo su propia dualidad, aceptándola, equilibrándola y trascendiéndola.
Sin desconocer sus roles, Mujer y Hombre, dejan de verse como entes contrarios,
compitiendo por la supremacía del uno sobre otro, de lo que resultan sociedades
con mentalidades maduras, aptas para acceder a mayores niveles de conciencia.
Desde luego, que
estas son percepciones, ideas que van aflorando, producto de la observación, del
trabajo propio, del compartir, por tanto, no pretenden ser absolutas.
Una Mujer Sana, un
Hombre Sano, se hacen sanadores que sin proponerlo, simplemente, pasan por un
lugar, dejan su estela y con ella cubren de alguna manera todo cuanto esté a su
paso, pero no desde un inmaduro ego, cargado de certificados, títulos y demás abalorios,
sino desde la vibración más fuerte, la LUZ más poderosa, su Divinidad Interior,
su YOSOY que no es más que AMOR, expresado en formas que escapan de toda
comprensión humana.
Fuerza, Luz y
Elevación.
Se les quiere.
Miguel Arturo Cabrera.
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Caracas - Venezuela
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